Cuando el costo de reparar la propiedad asegurada, por ejemplo, un automóvil, excede el valor de mercado de esa propiedad. En tales circunstancias, el asegurador pagará al asegurado el valor de mercado de la propiedad asegurada en la fecha de pérdida, sujeto a los términos de la póliza (suponiendo que la aseguradora no tenga la obligación de proporcionar un reemplazo).